viernes, noviembre 24

Cuerpos en red XII

La neogeografía corporal

¿Cuáles son los límites del cuerpo? ¿Hasta dónde se extiende? ¿Siempre han sido los mismos? Estas dudas surgen precisamente cuando, inmersos en el contexto actual podemos contemplar los distintos medios y soportes en los cuales el discurso, la representación del pensamiento en lo cotidiano se manifiesta.

Es decir, las redes sociales y el aparato móvil que funciona como antena a los espacios expandidos del cuerpo. Espacios inasibles, indeterminados pero determinantes en el mundo cotidiano de cada persona. Entonces, de manera consciente o no, el cuerpo se redimenciona y adquiere también soportes para las prácticas de siempre (la charla, el coqueteo, el adulterio, la infamia, el hurto, la estafa) y otras nuevas que ya tienen un lugar importante en lo cotidiano (la selfie, el hashtag, el follow, unfollow). Así, pues, también se resignifican las prácticas y, además, le brindan un nuevo orden y distintos impactos.

El cuerpo ya no está limitado a una geografía u horario. Tampoco a la simultaneidad del mensaje. El cuerpo deja nuevos vestigios de su materialidad.  Eso último nos devuelve a la pregunta inicial, ¿cuáles son los límites del cuerpo? Quizá esa respuesta aún no exista, pero es importante reflexionar en estos límites también como ejercicio para el descubrimiento.


Derivada de esta interrogante viene aquella que plantea: ¿siempre han sido los mismos límites? No podría ser posible si se toma en cuenta que hay nuevas prácticas insertas ya en la cotidianeidad de la vida. Un elemento importante a considerar es que, esas nuevas prácticas, son directamente resultad de la evolución de la tecnología y que tienen un factor común: el tiempo. La propia reconfiguración personal del tiempo se ha modificado para acortar esta brecha y situarla, en la mayoría de los casos, en la instantaneidad. 


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