La
palabra ha olvidado tu nombre:
[Ya no existes. Ya no sé qué eres]
mi
vocabulario no te alcanza,
me
preguntó cómo habitar un lenguaje en que no estás tú.
A
veces la palabra miedo no alcanza
[ni el terror
ni la furia,
mucho menos el llanto]
A
veces el lenguaje traiciona:
no contiene los términos adecuados
a la realidad de este tiempo.
Y la
guerra no alcanza
[ni el terrorismo,
tampoco el genocidio]
porque
las prácticas mutan
se transforman
ya no
son las mismas
—se
superan cada día—
Y el
lenguaje simplemente no cambia
no es
suficiente...
Y se ahoga.
[Calla].