Suena extraña esa voz
alejada de los matices humanos
como alegoría de hombre sin alas
de caligramas amorfos
entonces dormíamos abrazados
esperando el silencio de la mañana
para seguir la marcha entre las ceibas
formando ilusiones pétreas
de un mundo mejor
donde fueran muchos mundos:
¡despierta!
y continúo con las balas atoradas en la conciencia
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