Te
miras al espejo
encuentras
días que parecen años
minutos
que parecen días
observas
en el reflejo
un
alambique de eventos solitarios
y agua
barata embotellada;
quieres
encontrar un camino
muchas
respuestas
un
norte para tus pasos.
Eres
el camaleón que se confunde con las paredes
con
el polvo y el abandono de la casa.
Te
volviste el silencio
donde
lees furiosa cada línea de aquella novela que te recuerda a Cuba,
al
abuelo que sueñas cada tercer día,
y piensas
que los muertos se despiden en sueños
ahora
tienes miedo de llamarle.
Te
levantas
quieres
que Elegguá te acompañe
pero
no hallas por dónde empezar la plegaria.
[mayo 7, 23:30]
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