En ocasiones no reconozco cuando soy yo
no puedo hallar en un espejo la silueta que define mi alma
no entiendo quién soy yo
me sorprendo cocinando supuestos
alabando ídolos de barro
caminado puentes insospechados
a veces no sé cuándo soy yo
tampoco a qué hora dejaré de serlo
y camino empapada
bajo una torrencial demencia de normalidades
donde se debe soñar el mismo sueño
y patear las mismas piedras
y entonces aparece un atisbo de mí
que susurra despacio…
ni siquiera en la ciudad se pueden contar las estrellas
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