He tatuado
un silencio entre mis manos
son la
plegaria que me acompaña.
He dejado
que crezca el pasto
para perder
tu sendero entre la maleza.
Murieron
las luciérnagas
[se apagaron]
y ese
mutismo guajiro
me invade
recuerda mi pasado
[que nunca he sido de esta tierra]
y que huir es un verbo con fuertes ecos en mi pecho.
2 comentarios:
Hola guapa, un poema precioso,
es un placer pasar por tu espacio,
que tengas una feliz semana.
saludos.
Gracias por tu lectura, Ricardo. Es grato tenerte como lector.
Saludos !!
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