No me falta la palabra para
asirla
darle de jalones: penetrarla;
tampoco el carácter para tomar,
si me apetece, al destino
y mandarlo a otra parte a comer
mierda.
Tengo la voz sonora para hacer
eco
y que el mundo entero sepa el
significado de mi nombre.
Tengo mi locura
y piernas fuertes
pero no poseo –y quizá nunca lo
haga-
el encanto de las hadas,
la ternura de las musas
¿Será que un Aquiles ame sin
dar muerte a esta Amazona?
No me faltan las dudas
[todo lo contrario]
pero sé que llegarán
-a su paso-
una a una las respuestas.
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