miércoles, mayo 8

Rojo













La suerte, el azar
invariablemente son de color rojo.
Deben ser color rojo.
No puede ser de otra manera.
Su fuerza,
su poder,
la sorpresa,
la calidad de evento fortuito que acompaña a los hechos azarosos
simplemente son rojos.
¿Qué otro color podría representar la pasión de un ludópata,
el frenesí de quien arriesga la vida en la ruleta rusa,
la energía desprendida por quien espera un vuelco de fortuna
y apuesta en ello hasta su existencia?  
He ahí, quien sea que lea,
que la suerte, el azar,
deben, forzosamente, ser rojos. 

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