miércoles, agosto 1

Muerte por asfixia


Y ahora digo
lo que he manifestado antes,
lo que mi silencio no calla,
lo que mi distancia denuncia.
Y vuelvo… como cada mañana,
y arremeto contra el insomnio,
contra la desilusión y la desgracia,
contra el engaño,
para escribir de madrugada,
mientras pienso:
que no hay injusticia que se escape
[pero siempre escapan].
Que mañana será otro día
[y eso es siempre una amenaza].
Que no me doblarán
[y el espíritu ya se ha hecho talla chica].
Que llegaré muy lejos
[pero el agotamiento me ha roto el alma].

Guardo compostura para esperar mi huida, para escuchar mi voz:

             La realidad es una brújula atorada en mi garganta.



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