martes, agosto 28

Niña caustica


Niña caustica,
manantial erizo…
lloras por la muerte de abuelo.

Él ha muerto.
Lo mató la creciente,
el derrumbe,
el orgullo,
los años.

–Abuelo ha muerto–.
Le dices a tus hermanas,
a las hermanas de tu padre;
a la abuela.

Descubres que el eco también ha muerto.
No escuchas tu propia voz y piensas en su carne que ya no es,
en la sustancia, en el recuerdo de la infancia,
en la foto vieja de cuando eras la nieta de revista.

–Abuelo ha muerto–.
Te dices.
Y los árboles de mango,
la yuca,
las iguanas...

Niña caustica,
a ti la muerte también te arrasa.


 


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