Regurgitas para no ahogarte,
para despejar el tránsito interno
de falacias desenmascaradas.
Para escupir la culpa que se transforma en pólipos,
para no tragar el mezcal del averno.
Sueñas para escapar de la locura que es la vida,
para olvidar infamias habituales de tu esencia.
Husmeas conveniencias como espía para escalar en este mundo,
para llegar antes que otros.
Te desnudas, para erizar tus pezones
y saberte no muerto,
para cumplir tu matrícula de hombre o mujer.
Evitas amar, para quitarle la voz a la pasión potencial;
para omitir los quejidos profundos.
Dejas de gozar para no tener que vivir…
No hay comentarios:
Publicar un comentario