domingo, agosto 26

Confesiones













Y heme ahí
enunciando mis secretos
profanando con palabras el silencio
—mi silencio
Derrotada,
desposeída de toda armadura…
¿Qué resguardo queda entonces?
¿Qué tenías que hurgar entre mis sueños y verdades?
¿Qué si mi embriaguez te llena de sinceridades que son mías?
¿Cómo volver el tiempo y desandar mis confesiones?
¿Cómo?
Cada instante rehúsa una respuesta
y la calma ni siquiera da una tregua.
Si esta es una guerra me declaro derrotada,
sin posibilidad de pacto.
Conquistada.
Sometida de raíz
a la cercanía de tus labios,
porque derrumbaste uno a uno tantos argumentos.
Y justo ahora,
ya no tengo fuerzas…
no puedo tocar la retirada. 

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