Quiero
llorar el mar
la arena, su sal,
mi cuerpo tostado;
quiero llorar el aire,
las noches del Malecón,
la voz de mi gente
su risa franca,
la parafernalia del todojunto.
Quiero
llorar tu cuerpo
derramar lágrimas que
no confieso:
eres detonador de mis pesares
amalgama de mis dichas;
te miro transparente y me asusto
te sé,
—siempre te he sabido—
perdido, arrogante, frío, ajeno
…escurridizo.
Y yo que soy huracán
no puedo hacer que mis vientos sean brisas,
tan sólo,
—quizá—
cambiar de puerto, despedirme.
[agosto 1°; 06:30]
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