martes, junio 26

De cronómetros y astrolabios


























Parto de la premisa principal de que el tiempo existe, que se puede medir.
Lo observo cuando camina en las manecillas de mi reloj descompuesto,
a veces salta hacia adelante, a veces hacia atrás.
Se nota su desesperación, su furia por saberse atrapado…
¿cuánto tiempo le cabe a un reloj?
-pienso-
¿cuántas veces se escapa y vuelve sin que nadie note su ausencia?
¿qué hace el tiempo cuando nos quedamos dormidos?
Seguramente vagar por el aire
¿acaso duerme?
¿sueña con viajes estelares?
¿dibuja rutas para nuestros cuerpos?
¿cómo navega por el mundo?

Tiempo que hacia adelante algunos llaman destino,
hacia atrás, karma
que ensortija los caminos o los hace vías rápidas
que todo lo cura
que todo lo olvida
que todo lo explica
o por lo menos, casi todo
porque
creo
-como acto suicida, como siempre-
-como se cree en la vida después de la muerte-
que no hay cronómetro ni astrolabio suficientes
para explicar el viaje
-o embeleso-
de mis manos por tu cuerpo.
[junio 26, 9:00]

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