Parto
de la premisa principal de que el tiempo existe, que se puede medir.
Lo observo
cuando camina en las manecillas de mi reloj descompuesto,
a veces
salta hacia adelante, a veces hacia atrás.
Se nota
su desesperación, su furia por saberse atrapado…
¿cuánto
tiempo le cabe a un reloj?
-pienso-
¿cuántas
veces se escapa y vuelve sin que nadie note su ausencia?
¿qué
hace el tiempo cuando nos quedamos dormidos?
Seguramente
vagar por el aire
¿acaso
duerme?
¿sueña
con viajes estelares?
¿dibuja
rutas para nuestros cuerpos?
¿cómo
navega por el mundo?
Tiempo
que hacia adelante algunos llaman destino,
hacia
atrás, karma
que
ensortija los caminos o los hace vías rápidas
que
todo lo cura
que todo lo olvida
que todo lo explica
o por lo menos, casi todo
porque
creo
-como acto suicida, como siempre-
-como se cree en la vida después de la muerte-
que no hay cronómetro ni astrolabio suficientes
para explicar el viaje
-o embeleso-
de mis manos por tu cuerpo.
[junio 26, 9:00]
No hay comentarios:
Publicar un comentario