viernes, junio 22

Ruido anaranjado














Abro los ojos, las puertas se cierran
confusión:
no sé dónde estoy
no me sé como antes lo hacía
el metro me aturde con su ruido anaranjado
gente que sale y empuja,
gente que huele a todojunto,
tu aroma rondando mi presente,
la imagen de un  nosotros que no existe.

El cuerpo se siente cansado
la lengua escaldada,
la piel abrazada por tu presencia escurridiza,
mis labios son pólvora que se enciende con saliva
-tu saliva-
mis murallas caen en medio de un estrépito que no conozco
(entre la ausencia de palabras)
“te quiero”  recuerdo que dijiste en algún momento
y esa frase me da miedo
me arroja contra un futuro que no tengo
“te quiero”… y el invasor se sintió invadido.

La alarma sonó para salvarme de aquel amor que se fragua en los desvelos
“ya es tarde y debes trabajar” alcancé a escuchar en la memoria
también te quiero, vociferé con el cuerpo
y ahora discurro en un paraje sin tiempo
sin saber si todo fue un sueño
[junio 22, 07:44] 

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