Abro los ojos, las puertas se cierran
confusión:
no sé dónde estoy
no me
sé como antes lo hacía
el metro me aturde con su ruido
anaranjado
gente que sale y empuja,
gente que huele a todojunto,
tu aroma rondando mi presente,
la imagen de un nosotros que no existe.
El cuerpo se siente cansado
la lengua escaldada,
la piel abrazada por tu
presencia escurridiza,
mis labios son pólvora que se
enciende con saliva
-tu
saliva-
mis murallas caen en medio de
un estrépito que no conozco
(entre
la ausencia de palabras)
“te quiero” recuerdo que dijiste en algún momento
y
esa frase me da miedo
me
arroja contra un futuro que no tengo
“te
quiero”… y el invasor se sintió invadido.
La alarma sonó para salvarme de
aquel amor que se fragua en los desvelos
“ya es tarde y debes trabajar”
alcancé a escuchar en la memoria
también
te quiero, vociferé con el cuerpo
y ahora discurro en un paraje sin tiempo
sin
saber si todo fue un sueño
[junio
22, 07:44]
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