lunes, diciembre 3
















En la etiología de tus labios sobre mi sexo
se encuentra una interminable cadena de suspiros subrepticios,
de recuerdos vívidos que reblandecen todas mis barreras.

En la frontera entre la decencia y mis ganas de tenerte
se encuentran nuestras noches pasadas
y aquellas que continúan en mis ensoñaciones.

No importa que tu aroma se disuelva entre las sábanas,
queda perenne en mis evocaciones.

Qué interesa que tu cuerpo no descanse justo a mí después del gozo,
seguirá tibio sobre mi piel.

Qué afecta que te marches
si cada sensación a tu lado es total y eternamente mía.

Bien podrías ser una alucinación,
¡qué importa!
sé que las mentiras, a fuerza de repetirlas
se transforman en verdades,
así tu imagen, un día,
será la verosimilitud de tu existencia. 

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