Tengo muy presentes mis razones
esas, las que me separan de tu
vuelo.
Persigo mis gaviotas en cielos
lejanos
les pregunto de tu sombra,
de tus manos,
de tu
lejanía necesaria,
de la purga del recuerdo.
Nadie sabe mis secretos
náuticos,
mis mareas
ni naufragios,
─y aun con eso─
hay veces que semejas
la bitácora pasada,
esa, la que enterré en una
playa desierta,
la que me hizo arena.
Por eso me marcho
guardo estos recuerdos en tu
ausencia,
encripto mis palabras no
enunciadas,
las opaco con el llanto,
con la risa
y con la nada
porque sé
que tus diablos y los míos
pesan tanto,
que su feroz carga
aplastará mi fe
─la poca que me queda─
esa que resguardo.
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