Me
despido de ti lentamente.
Desde
hace días.
Bajo
el rayo del sol en la playa,
entre
mis sones que inundan el Malecón después de las seis de la tarde,
durante
la madrugada del último día.
Me
despido de ti sin que puedas notarlo
―después de todo―
soy
yo quien requiere una cura, un bálsamo
serás
tú quien no sufra soledades ni olvidos.
Me despido
en silencio
como te quise siempre
como te quiero ahora
como ya no lo haré nunca.
[Veracruz-D.F., julio 26-31]
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