Y yo
que tengo el miedo en todas partes,
embarrado
por el cuerpo.
Arraigado
en la memoria.
Y tú
que no me dices cuánto temes.
Te
quedas callado
haciéndome
creer que nada pasa.
Quisiera
conocer un alfabeto
-cual sea-
donde
la palabra miedo no pueda pronunciarse
y esa
sensación de parálisis contigiosa
no se
pudiera vislumbrar.
Tengo
miedo.
-te digo-
Te
quedas en silencio.
Temo
a esta certeza de saberme innecesaria,
prescindible.
Temo
a aquello que no puedo imaginar,
a no
saber qué pasará,
a
ignorar mi destino.
Entonces
tienes miedo siempre.
A
toda hora,
mientras
respiras o parpadeas
-contestas-.
Sí,
así es mi miedo
-suspiro-
tan humano
como yo, aunque lo evite.
[julio 3 15:20]
No hay comentarios:
Publicar un comentario