La
realidad es un reflejo de lo que creo. Se leía en una barda frente a la casa de
Pepe Caramelo. Después de leer pudo contemplar las lágrimas de los sauces
llorones. Admiró a los duendes al final del arcoíris. Volvió a la inocencia
infantil de antaño. De pronto su cara se trasfiguró. Recordó que cuando las
vacas volaran, los mojones caerían del cielo. Cerró puertas y ventanas; se
acostó en su cama y se cubrió de pies a cabeza para intentar dormir.
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